En 1979 se programó la visita del papa Juan Pablo II a México y el gobierno de la república encargó a la paraestatal Diesel Nacional, la fabricación de la unidad de transporte. Debido al carácter religioso del evento y al oportunismo político del gobernante en turno, se optó por un vehículo descubierto que permitiera a las personas apreciar al visitante. Se fabricó una unidad descubierta que permitiera también el traslado de la comitiva sobre la base de un camión DINA 500, desconociéndose sus características mecánicas. Actualmente esta unidad se encuentra en el Museo del Automóvil de la Cd. de Puebla.
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